domingo, 26 de noviembre de 2017

El rastro de los pájaros

En Madrid no llueve,
nos dedicamos a invocar al sol en las terrazas
y ahora la felicidad es un puñado
de manchas de barra de bar en las camisas.
En Madrid se bebe y tenemos al cielo contento,
no tiene motivos para estar triste,
no llora, no empaña, no tiene motivos para llover.
Y nos dedicamos a lanzar grises al aire
como a la moneda cuando se duda,
creyéndonos un azar amigo.
No llueve,
ni en invierno
ni en el rincón de los gatos
ni en el tejado de aviones.
Nos dedicamos a perder el rastro de los pájaros,
cambiando sus melodías por acero
subiéndole el volumen a la radio.
En Madrid no llueve
y parece que vivimos dados la vuelta.
Hoy el cielo está enfadado,
Como una bofetada de ceniza.
Hoy el cielo es una acera
donde tú y yo ya no paseamos.

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