martes, 27 de febrero de 2018

Los rascacielos decapitados



No se posa el cuervo en la cabeza por casualidad,
no existe la pluma sin antes el sombrero.
Sucede un reflejo de plata en espadas y bandejas 
como rascacielos decapitados.
Vivo en un invernadero de gritos sin garganta
ni nombre
ni nada que arrojar a las tripas
del que maúlla en el felpudo
algo del amor atrapado en telas de araña.
Parece que no se sobrevive el sufrimiento
hasta que no te miras en él.
Y te sostienes en una existencia distorsionada
como cuando te agarras al lavabo
te miras
te olvidas de los zodiacos
no aúlla el eco de tus talones.
Como el que solo puede oír la música
de los cuchillos que se están afilando.
Como cuando en los párpados
no te caben ya más vidas. 

Solo se escucha el ritmo de los terremotos 
en las esquinas de las calles,
el chasquido de los dedos desmenuzando el dolor,
el rugido de los rascacielos decapitados. 

Algún día me iré a vivir al mar
a que me salgan escamas
por un buen motivo. 




domingo, 18 de febrero de 2018

Un girasol en el bolsillo

Si sigues respirando en escamas
voy a tener que dibujar cohetes en el fondo de la madera
y arañar el color de los tejados
que no existen al otro ozono de tu espalda.

Si sigue el cruel sonido del glaciar
astillándose en proclamaciones de niebla
dónde se esconde entonces la espuma en su reflejo
para ver el filamento por el que viven las abejas
rondando en los sombreros que la gente no escucha.

Tienen que escuchar el murmullo de las chimeneas
masticar el alcohol bajo el sol de las lenguas no fingidas
convertir sus manos en el mecanismo del mechero
que gotea en la nuca
Así, se entregan a la nostalgia del acordeón
al borde del submarino
y olfatean la soledad de las arañas
en cualquier rincón abierto al mar.

A mí, sin embargo, me da por acudir
al rescate de la flor que no respira
y a veces, solo cuando no es el bastón
el que te observa,
me da tiempo a contemplar el girasol
que me crece en el bolsillo.

domingo, 4 de febrero de 2018

Soneto (centón)

Algunas tiernas casas aún esperan [DA]
sobre la playa estéril. La tormenta, [AM]
sobre la libre química del viento. [JU]
Tú estabas ya cansado de esperar. [LR]

Te niegas a la luz profundamente [DA]
para llorar, como una noble sombra [AM]
toda la casa rota y sin bisagras [JU]
igual que un muerto que se siente crecer. [LR]

Materia en suave hervor lento, cerrada [DA]
por trazos de un punzón adamantino [AM]
que a nada se parece y que en el fuego [JU]

un bosque ardiendo bajo el mar desnudo [LR]
hace oscilar como un viento sutil [DA]
los ojos que un dolor solo consiguen. [JU]

[DA] Dámaso Alonso
[AM] Antonio Machado
[JU] Jesús Urceloy
[LR] Luis Rosales


En bucle (Centón)

Ojalá fuese un círculo vicioso [ADC]
que le brota de la entraña y no sabe [DA1]
que una sonrisa que se ha quedado quieta [LR]
con la voz de todas las mujeres en sus labios [RT]
es otro invierno que cabalga [AL ÁNGEL LEIVA]
en mitad de la noche y sin pastillas. [AC]

Una larga carretera [AM]
donde nunca ha quedado un suspiro sin eco [CB]
donde puso el temblor la primera hoja [LR]
donde juntaba su respiración para vivir [LR]
como una voz que anda cayéndose de palabra. [LR]

La idea del amor, la sal que ahoga esta tierra [JU]
buceadores de agua helada [RT]
en una tregua de saliva. [RT]

Vigilar su color es agotarse [JCM]
en la misma estación, no sabría decir [AC]
tan solo el mar sabe traer árboles a la orilla [JU]
y ocurre que las aceras se vuelven arena [RT]
con todos sus abismales espantos. [DA]

En ese círculo vivimos [AC]
en las palabras que escapan de la boca cuando ha caído el hacha [JU]
en una alcoba tibia como un invernadero [CB]
en su abandono, como si fuese el olvido un lugar [RT]
que pudieran elegir. [RT]

[DA] Dámaso Alonso
[AC] Alberto de Cuenca
[RT] Rubén Tejerina
[JU] Jesús Urceloy
[CB] Charles Baudelaire
[JCM] Juan Carlos Mestre
[LR] Luis Rosales
[AM] Antonio Machado

* [DA1] El texto original decía: ''y que no sabe''.