domingo, 27 de noviembre de 2016

Transtiempo

Los abrazos son los besos que no se saben dar,
mi silencio, la tinta que te escribe por miedo a pronunciarte muy alto. 

Ayer aprendí que no siempre el llanto ahoga con lágrimas,
y que las lágrimas no son siempre gotas que caen de los ojos. 

Eres lluvia sin suelo ni nubes
y tienes más de gota que de aguacero.

Guardas pañuelos de nombres,
como el farsante al conejo en la chistera .
Nombres con los que confeccionas un mapa caducado
y un cangrejo que te muestre la salida.

Invocas a un pasado mudo,
olvidando que vuelo presentes en cometas sin tela, ni niños.
Los espejos ven el futuro,
los espejismos, los besos que te doy. 

Tienes más de aguja que de hilo
y aún así ando cosiendo tus iniciales en labios sin lunar.
Tienes más abismo que norte
y ahora todos mis verbos se han suicidado.

Eres más de respirar en blanco y negro,
yo soy más de suspirar el azul que te destiñe.
Eres mitad gato, mitad aguijón
Yo soy mitad gata, mitad tuya. 








domingo, 13 de noviembre de 2016

Nos vemos en Brasil

Pero no sé besarte si no es bonito,
aunque acabe empapada en miedo.

Juraría que al suspirarte
se convierten tus rizos en peces, la bañera en mar.

En la casa del tejado de aviones están 'lluviendo' pájaros en la ventana,
pero ignoras que soy yo la que guarda plumas para que me marques en páginas que te escribo por si no sabes leerme.

Déjame al menos contarle a tus ojos de dónde vienen,
y que son ellos mi intención al borde del suicidio.

Mírate en espejos alternativos y finge que no es empaño todo lo que ves.

Y a ti, el de la casa del tejado de aviones,
te invito a que me mires de frente, sin pasado en la garganta
déjame mostrarte de dónde vienes y la forma en que estrangulas.

P.D. Nos vemos en Brasil cuando quieras. 
            Nos vemos en Brasil cuando me leas.

martes, 8 de noviembre de 2016

Brasil en tus ojos

Si no tuvieras manchado el labio de miedo, te besaría.

Si no tuvieras Brasil en los ojos, ya me habría ido

mar y arena, son orilla tus talones.

Columpio en tu nariz,

si me dejas, te empujo a base de suspiros.

Qué forma tan sutil la tuya de matarme
y hacer que no muera.

martes, 19 de julio de 2016

A media tinta

Hay espinas que perfuman y pétalos que que te acarician con sus zarpas.
Hay días en los que la luna me hace día,  y la lluvia va secando charcos.
O cuando el hambre está empachado y las mariposas han cerrado por vacaciones la boca del estómago.
Hay ojos que te anestesian para cegar hasta al séptimo sentido.
Y yo, podría empaparme en el desierto de tu cara;
Pero un desierto es un desierto, no?

miércoles, 13 de abril de 2016

Guardándote bajo papel

Mi más encajada antítesis…Me encuentro tejiendo días en la oscuridad de una flamante balanza. Me desequilibra lo paradójico de tu aroma, fuerte y suave a la vez, tan insistente y claudicante que haces que la balanza se incline hacia un extremo. Y justo ahí me encuentro yo, en el lado opuesto, haciendo peso para equilibrar el oxímoron de esta inestable simetría. Grabada está en el medio de la eudemonista balanza la palabra ‘virtud’ que quedó borrada por el baile de las olas en una noche de verano. Y he decidido que no quiero más palabras ahogadas, y he decidido hacer eterno lo efímero. Dibujar tus caricias en pañuelos de papel disecados en agua salada. Frente a tu silencio, el ruido de la tinta corriéndose en el papel hará de tu recuerdo una visión en blanco y negro que contraste con el color púrpura del único rincón de mi alma en el que no permití que te adentraras. La mezcla acromática del azul y rojo de aquellos fugaces momentos que teñían mi flor. Esa flor púrpura que juró Shakespeare, sería la solución. Y para aquellos incrédulos y escépticos en el arte del amor, que se niegan a pintar con brochas algo más que garabatos, soñar será su salvación. Pero, no te preocupes si perturbo tu sueño con el ruido de mis palabras deslizándose en el papel, que lo único que estoy haciendo es regalarte inmortalidad a cambio de tu nada.
Escribí en la carretera de tus venas una pregunta cansada de vivir en la punta de la lengua.
Ahogué al destino en un cubata vacío.
Te corriste en mi mente como arena en el reloj.
Convertí tu mirada en un marcapáginas al final del libro.
Y como epílogo, ando buscando un alma que no sepa nada de tus besos.

martes, 5 de abril de 2016

Cerveza Negra

Culos de lata me pongo por esposas. Te he hecho un sitio donde se almacenan las lágrimas. Te me antojas antídoto y me quemas como cerveza tostada hirviéndose en el pasillo por el que corren las palabras. Me envenenas si no te bebo. Pero te trago demasiado...me sabes a presentimiento e incertidumbre, a alivio y dolor, a un día sí y otro no.

Cerradura ocular

Manteniendo conversaciones con un reloj esquizofrénico que no hace más que repetir la misma historia. Inhalando un poco de oxígeno por no ahogarme en ese tóxico aire que expiras, y en cada bocanada de aire que consigo recoger, lo único que hago es suspirarte.
Esa puta obsesión que tiene la vida por inyectarnos en las venas la conciencia del paso del tiempo. Que sí, que sabemos que no se detiene para nadie, aunque consiga a veces en tus ojos que sea el tiempo el que me espere a mí, que ese monótono ruido del tic tac tic tac sea un R&B arrítmico, acompasado por mis latidos. Y en mis venas ya no corre tiempo, corre tu nombre.
Que el elixir de la vida es poder beberte, pero por mucho que te brinde con mis labios ya no se calma mi sed. Se me corta en el estómago la mezcla hedonista de tu concupiscencia con el aleteo de mi adrenalina.Y ahora mi elixir es la morfina, esa que preferiría haber bebido antes que haberte probado algún día. Esa que bebería no solo por aguantar la asfixia de tu cierre, sino por dejar de ser consciente de que mientras tú me cierras, yo siempre te abro.