lunes, 11 de junio de 2018

Un minuto de.

No logro descubrir en qué bazar
de mi existencia puedo distribuir
los búhos con forma de lluvia
que frecuentan cualquier plaza
con cierta levedad de sonrisas.

Descubrir qué impulso plateado
atrae a la papiroflexia de las golondrinas
y que éstas tengan algo de tus manos.

Igual que el blues es de la noche,
es el salto del pájaro el momento
para el ojo del lobo, así como
para coronarse el sombrero.

Quiero decir,
también existen quienes recolectan
en países desconocidos
el agua de las alcantarillas.
Y ya que ahora viven nidos rojos
de los árboles,
al menos leamos el júbilo de las hojas
en los posos del vendaval.

Y así como el sueño se adivina
habiendo atracado ya en puerto,
inclinemos la vista para indagar
las golondrinas que camuflan la noche
con la música pensante del silencio.