miércoles, 8 de noviembre de 2017

A libro abierto

I


Un poema en las pupilas,
todas las letras a voces,
quieren contarme el origen 
de lo que se desconoce.

Autofobia por las venas
y el libro al suelo de un golpe
que no quiero entender esos
versos que lleven tu nombre. 

Dudas latiendo de fondo,
curiosidad a galope,
me agacho y recojo el libro
algo inquieta y disconforme
por saber que lo que encuentre
(a ver en qué condiciones) 
tiene existencia compleja
y puede que reconforte. 

Son solo líneas de sangre,
trazos de alma para un broche.
La poesía es purgatorio
pero aún no me abandones.
Si existo es porque mi origen
tiene latidos al borde. 

Puedo venir del abismo
pero alivio sensaciones
que la catarsis da pena
y te está sangrando a errores.

Yo soy desgarros de piel
colgados en los balcones,
serán la metamorfosis 
de todas aquellas flores,
llorando a pétalo vivo
mis más tristes emociones. 


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