miércoles, 8 de noviembre de 2017

Aún no lo sé

Soy la que prefiere la noche con la luz encendida.
Mi comida favorita es la pasta a en punto
a las seis de la mañana, por ejemplo.

Soy unas mejillas rojas de primeras
o un buen consejo en la boca del perturbado.
Y en las entrañas tengo un trastero emocional 
por si me veo con las manos vacías algún día. 
Manos que saben que sí he roto más de un plato. 

Garras doloridas de improbable zarpazo,
aunque merecido
mi hogar es el de trasfondo felino.
Mi nombre, larrosa 
todo junto con dos erres. 

Como el viento,
demasiado intento de rumbo sin pronóstico.
Demasiado hombre del tiempo mis amigos,
por eso son mis amigos.

Soy esa milésima de diafragma entre suspiro y grito.
La que no se pone las gafas hasta que no duele,
hasta que no es la tristeza 
la que descose cegueras innecesarias. 
Son de los que prefiero almacenar en el subconsciente. 

Esa soy, la opción de una endorfina amiga
por la curiosa elección de una masacrada compañía. 
Muchos ellos por pocos yo.
Y en un atisbo de espinas

aún no lo sé. 

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