aunque acabe empapada en miedo.
Juraría que al suspirarte
se convierten tus rizos en peces, la bañera en mar.
En la casa del tejado de aviones están 'lluviendo' pájaros en la ventana,
pero ignoras que soy yo la que guarda plumas para que me marques en páginas que te escribo por si no sabes leerme.
Déjame al menos contarle a tus ojos de dónde vienen,
y que son ellos mi intención al borde del suicidio.
Mírate en espejos alternativos y finge que no es empaño todo lo que ves.
Y a ti, el de la casa del tejado de aviones,
te invito a que me mires de frente, sin pasado en la garganta
déjame mostrarte de dónde vienes y la forma en que estrangulas.
P.D. Nos vemos en Brasil cuando quieras.
Nos vemos en Brasil cuando me leas.
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